Si tu fais déjà partie du Groupe, accède à ton profil Teaming
Queridos/as teamers,
Escribo este último mensaje para anunciar que, por no haberse podido solucionar cuestiones logísticas que ya conocéis, este grupo deja de estar activo. De hecho, este mes ya no se hará el cargo de 1 euro a vuestra cuenta.
Parece que hubiese pasado un siglo desde que creé este grupo en enero de 2020, y es que todos hemos vivido muy intensamente en estos casi tres años. Daniel tenía tres años, y ahora tiene casi seis. En este tiempo, entre todos, hemos recaudado 1978 euros, que para él han supuesto poder seguir viviendo.
Daniel lleva hospitalizado tres semanas. Se contagió de malaria y eso le ha generado otra crisis drepanocítica. Ha estado muy grave, necesitando incontables transfusiones de sangre y ha tenido que ser trasladado a un hospital de tercer nivel en Kampala. Empieza a recuperarse, aunque como sabéis, todo esto supone una factura inasumible para la familia antes del alta hospitalaria, aunque no sepamos todavía cuándo va a ser.
Si queréis colaborar, ahora o más adelante, con la cantidad que sea, va a ser de muchísima ayuda. Aquí os dejo la nueva cuenta de la OTS, de ING, a la que podéis hacer la transferencia: ES71 1465 0100 99 1750503331. MUY IMPORTANTE: poned en el concepto de la transferencia "Daniel Uganda".
Gracias, gracias en nombre de Daniel, su familia y en el mío propio.
Sandra
ayudaradaniel@yahoo.com
Mensaje de agradecimiento desde Uganda, a todos y todas las teamers:
Espero que estés bien. Tras una conversación telefónica con Amooti, la abuela de Daniel, he sentido que tenía que escribirte para darte las gracias, de mi parte y sobre todo de parte de la familia de Daniel, que piensan en ti desde Uganda, aunque no te conozcan. Por tu confianza y por todo lo que les has ayudado.
¡Ojalá seas consciente de lo que ha supuesto y supone tu ayuda!
Daniel tiene ahora 5 años y 7 meses, y tu aportación ha sido fundamental para que llegue hasta aquí. Ha crecido un montón y es un niño feliz, a pesar de su enfermedad. Tu aportación es fundamental para que puedan comprar su medicación diaria y para ayudarles a hacer frente a los ingresos hospitalarios. El último fue hace un mes... Daniel estuvo con mucho dolor y necesitó estar en el hospital 5 días. En Uganda se paga (y a "precio europeo") casi todo en lo que a sanidad respecta, por eso TU EURO CUENTA TANTO. Además ahora, como ocurre en España, la inflación está incrementando mucho el precio de los alimentos, así que su familia lo está teniendo realmente difícil.
Recuerda que formando parte del grupo, aportas 1 euro al mes, y que luego te puedes desgravar un alto porcentaje en la declaración de la renta. Si tu situación personal te lo permite, te agradecemos mucho que sigas formando parte del grupo, porque estás apadrinando/amadrinando la salud de Daniel y, en definitiva, su vida. Si crees que alguien que conoces estaría dispuesto a colaborar, coméntaselo, por favor. Si ahora no puedes, igualmente apreciamos mucho lo que has hecho por él para que llegue hasta aquí, de corazón.
Recibe todo el cariño y los mejores deseos de su familia, y un fuerte abrazo.
Sandra (en nombre de Daniel y especialmente de Amooti).
Hoy Daniel cumple cinco años. El quinto cumpleaños es el primero que muchas personas recuerdan, aunque sea vagamente, así que probablemente será el primero en su memoria, y es que no es uno cualquiera.
En África subsahariana la mortalidad infantil es máxima por debajo de esa edad, y como sabéis la anemia drepanocítica que Dani sufre desde que nació se lo ha puesto especialmente difícil.
He podido hablar con él por teléfono. A Daniel le encanta la canción de Happy birthday, tanto que la canta cualquier día del año, así que hoy se la tenía que cantar dedicada en exclusiva a él. Durante toda la canción no se oía ni su respiración al otro lado del teléfono, aunque puedo intuir su sonrisa y sus enormes ojos abiertos como platos, como si la melodía pudiera verse. Luego le he preguntado cuántos años tiene, y me ha respondido con un muy enérgico Five! y una risa, acompañada de la de su abuela Amooti que lo acompañaba. Me lo imagino estirando los cinco deditos de su mano derecha hacia el teléfono mientras gritaba la cifra
En los dos últimos meses ha tenido dos crisis, la primera le llevó al hospital una semana, la segunda la ha superado en casa hace escasos días. Hoy pedía un refresco como regalo de cumpleaños. Realmente estamos de celebración.
Gracias a quienes seguís creciendo a su lado. Como sabéis, cada aportación que hacéis se destina directamente a su tratamiento y alimento. Mil gracias a quienes continuáis formando parte de este grupo, vuestra aportación mensual es muy importante.
Cuantos más seamos, mejor, porque la familia sigue pasándolo mal cuando tienen que afrontar los sobrecostes de un ingreso, como ocurrió hace algo más de un mes.
Un abrazo.
Os dejo aquí el link a una nueva entrada del blog: https://ayudaparadaniel.wordpress.com/2021/10/09/momento-historico-para-la-salud-de-africa/
La familia de Daniel atraviesa dificultades económicas importantes debido a las restricciones por la pandemia, así que vuestra ayuda ha sido literalmente imprescindible para costear la medicación de Daniel, y su alimento.
Gracias, especialmente en nombre de su abuela Amooti.
Querid@s teamers,
Veréis que hoy se han transferido los fondos recaudados a una nueva cuenta con titularidad de la Sociedad Teosófica Española en lugar de ser yo misma la titular, como venía siendo hasta ahora. Esto es así porque unos amigos de la Sociedad Teosófica, a través de la Orden Teosófica de Servicio, nos han prestado su cuenta y su infraestructura para hacer las recaudaciones de una forma más segura y sin repercusiones fiscales para mí. El proceso posterior de envío de los fondos a la familia de Daniel continúa siendo el mismo, pero a través de ellos, que lo hacen de manera altruista y sin pedir nada a cambio. La colaboración del equipo de Teaming en todo este proceso ha sido también fundamental.
Hay mucha gente que hace que la vida sea más fácil. A la OTS, a Teaming y a todos los que seguís ahí caminando al lado de Daniel: GRACIAS.
Enlace a la web de la OTS: https://www.voluntariadoteosofico-ots.com/es/proyectos/peticion-de-ayuda-para-uganda-80
¡Hola amig@s!
Os dejo aquí el enlace a la ultima entrada del blog, que hace referencia a la enfermedad que, como Daniel, sufren miles de personas, mayoritariamente de raza negra, en Uganda y el resto del mundo: https://ayudaparadaniel.wordpress.com/2021/06/20/que-le-pasa-a-daniel/
Salud.
Querid@s Teamers,
Hoy se celebra el Día del Niño Africano y desde aquí queremos recordar a los millones de niños y niñas que habitan el continente más joven del planeta. Siempre digo que lo que más me fascina de África son sus niños, tienen una frescura y una sabiduría excepcionales. Nuestro niño ugandés, Daniel, está bien. Hace unas semanas tuvo una crisis drepanocítica que lo llevó al hospital con bastante dolor, pero gracias a la medicación de base que recibe, tras un ingreso de un día pudieron darle el alta y se ha recuperado completamente. En ese momento hice el envío de lo recaudado aquí, que les ha servido para cubrir los gastos hospitalarios y poder continuar con su medicación crónica. Acabo de hablar con su abuela, y quiero transmitiros su agradecimiento más sincero. Uganda está atravesando un momento complicado, los casos de COVID han aumentado un 2.800%! en el último mes, el oxígeno empieza a escasear y las UCIs están a tope... Tienen muy pocas vacunas y se han impuesto de nuevo restricciones de reunión y movilidad. Dani y su familia de momento están a salvo. Gracias por vuestra ayuda, cada euro que aportáis importa mucho y tiene un impacto directo sobre la vida de Daniel.
Un abrazo en nombre de ellos y mío.
Querid@s Teamers,
Se ha cumplido un año desde que este proyecto para ayudar a Daniel se puso en marcha. En este primer año, gracias a vuestro compromiso puntual y constante, hemos conseguido recaudar 756 euros, que han llegado ya a manos de Amooti, la abuela de Daniel y su principal cuidadora.
El año 2020 fue muy difícil para todos pero, a diferencia de lo que se ha dicho, el coronavirus no afecta a todos por igual. Golpea con especial contundencia a los más vulnerables, y en el entorno de Daniel incluso lo más esencial, la comida, no estuvo al alcance de todos. Pero gracias a vuestra generosidad, nuestro pequeño ha tenido acceso garantizado a alimento, a su medicación crónica y a su vacunación durante todo este año. En este tiempo ha perdido a su madre, que se ha marchado, y a su abuelo que falleció recientemente por no haber recibido un tratamiento adecuado de su tuberculosis. Pero a pesar de todo, Dani cumplió cuatro años el mes pasado y es un niño feliz, rodeado de familiares y amigos que, como vosotros, contribuyen a ello con cariño y apoyo.
Recibid el agradecimiento inmenso de su familia, en especial el de su abuela Amooti. Y el mío.
Gracias por seguir ahí. Deseando que esta información os anime a quedaros.
Un abrazo, de corazón.
(en la foto: Dani y Amooti conversan conmigo, risueños y abrazados en el patio trasero de su casa en Hoima, durante una videollamada)
¡Feliz año nuevo!
Dejamos atrás un 2020 que tantas esperanzas frustradas y dificultades enormes ha dejado y afrontamos 2021 con optimismo. Daniel cumplirá 4 años este mes, lo cual es, per se, un motivo de celebración increíble. Podría sonar exagerado, pero una parte esencial de su vida depende de esta ayuda que le enviamos. Así que, de nuevo, gracias por seguir ahí.
Aquí el artículo que escribí sobre mi reciente visita: https://ayudaparadaniel.wordpress.com/2020/12/05/he-visitado-a-daniel/
¡Queridos teamers!
Quiero deciros que después de muchos meses, y con no pocas trabas: encajar vuelos, horarios complicados, tests de coronavirus, y catorce larguísimos días de cuarentena autoimpuesta tras los vuelos (toda precaución es poca) he conseguido estar de nuevo durante unas semanas con Daniel :-)
La situación en Uganda es compleja: más de 20.000 casos diagnosticados de COVID, con los colegios y bares todavía cerrados, toque de queda, un porcentaje amplísimo de la población en una situación de pobreza extrema, acentuada tras los meses de confinamiento, con un sistema sanitario carente de lo básico (por ejemplo, con escasez de oxígeno en hospitales de tercer nivel) y una situación política convulsa, ya que se avecinan elecciones, con decenas de civiles afines a partidos de la oposición abatidos a tiros por la policía en las últimas dos semanas (poco se ha informado de esto en medios españoles...).
A pesar de todo, Daniel está bien. Ha crecido un poquito, se defiende hablando en runyoro y es un niño feliz. Gracias al apoyo de todos, no le ha faltado comida ni medicamentos. Continua asistiendo dos días por semana a sesiones de fisioterapia, muy deficientes y que, lejos de ser lúdicas, suponen una pequeña tortura para él, que sale siempre llorando... La movilidad de su brazo no ha mejorado nada, la de la pierna le permite al menos caminar e intentar correr, aunque las caídas y golpes en la cabeza son casi diarios.
Tras nueve meses insistiendo y en contacto con su pediatra, hemos conseguido las cuatro vacunas importantes que le faltaban, y que considerábamos imprescindibles antes de que empiece el colegio el próximo año.
Aprovechando el viaje he llevado juguetes, libros, zapatos ¡y por supuesto manzanas que él adora! que han sido donaciones de amistades de España.
Por motivos que no entraré a comentar, la madre de Daniel ya no vive con él, y eso tampoco es fácil para el pequeño, pero afortunadamente tiene una amplia familia biológica que lo adora (abuelos, tíos y primos) y una todavía mayor familia humana que desde aquí le apoyáis y garantizáis la vida.
Gracias a vuestras donaciones, el medicamento y las vacunas de Daniel se pueden seguir financiando.
Recibid el agradecimiento de corazón que os quieren transmitir sus familiares, también el mío y el del propio Daniel.
En la foto: Dani y yo conversábamos mientras desayunábamos juntos cada mañana, cogiendo energía para un largo día de juegos. A él y a mí nos encanta el pooli (pasta de cacahuete) que prepara su abuela.
Saludos queridos teamers! Queremos que sepáis que Daniel sigue bien, jugando, creciendo y cada día más gracioso con sus frases. Le veré pronto, y él lo sabe... Por eso cada vez que ve un avión surcando el cielo le pregunta a su madre "es ese el avión que trae a auntie Sandra a Hoima?"
Por otro lado, con el pediatra de Daniel estamos intentando conseguir las vacunas que le faltan a Daniel. No es tarea fácil! Pero vuestra aportación asegura al menos su financiación.
Así que mil gracias (webale muno) por seguir acompañándonos en este fascinante viaje!
Después de más de seis meses, en Uganda comienzan a levantarse las restricciones más estrictas. Aunque los colegios y otros centros siguen cerrados y algunos comercios todavía no se atreven a abrir. El número de casos de COVID19 va en lento pero progresivo ascenso, con más de 7000 confirmados. Y la economía doméstica de la mayoría es desastrosa.
Esta semana conseguimos enviar 365 euros a la familia de Daniel, de vuestras aportaciones en Teaming durante estos meses. Y os están muy agradecidos. Este dinero se destinará para la medicación crónica de Daniel, las férulas que han de ir reajustándose a medida que crece, y algunas vacunas que le faltan y ya debería llevar puestas. Supone también un pequeño colchón para cubrir algún gasto en caso de que, esperemos que no, tenga alguna crisis drepanocítica. Podéis imaginar la tranquilidad que supone para una familia con un niño enfermo que apenas puede ahorrar de un día para otro.
Así que GRACIAS, vuestro euro mensual supone mucha diferencia.
Os comparto algo que escribí, en otro foro, el pasado once de septiembre:
Escribo estas líneas desde mi piso de alquiler en una bonita avenida de Barcelona, rodeada de cajas de cartón a medio llenar, plástico de burbujas y cinta de embalar. Los cartones me rodean en montículos antropomorfos, desde varios ángulos del salón, y me miran; como queriéndome decir que me dé prisa, que nos tenemos que ir.
No recuerdo bien si fue antes de ayer o hace diez años cuando aterrizaba aquí; una recién licenciada en medicina que llegaba desde el otro extremo de la península, ilusionada y con ciertos temores, con ganas de observar, absorber y vibrar en este territorio que era desconocido y que poco a poco se ha convertido en también mío. Cuántas personas, perfumes, sonidos y sabores vividos aquí. Cuántos escenarios, cuánta música, cuántas bibliotecas, cuántas tardes de Palau. Me marcho, quién sabe si para siempre, quién sabe si para volver algún día, y me llevo un nuevo idioma, una especialidad e innumerables experiencias y emociones que me resonarán ya para siempre en la memoria. No encuentro cajas suficientes para embalar tanto.
Barcelona ha sido para mí una casa pero también una ventana al mundo. Es un escenario de idiomas, culturas, acentos, tonos de piel. Su aeropuerto me ha tendido puentes a otros continentes, a otras familias. Tengo mucho que agradecer.
Por eso escribo hoy, que casualmente es once de septiembre, para celebrar con las gentes de esta tierra y dar las gracias.
Sería injusto irme sin compartir antes una anécdota preciosa con quienes la han hecho posible, por el hecho de existir. Quiero hablaros de Daniel, que es una de esas personas a las que mi etapa en Barcelona me ha acercado, tanto que ahora podría decirse que es de mi familia. Es un niño de tres años que vive en Hoima, un pueblo al oeste de Uganda, cerca de la frontera con Congo, en el seno de una familia humilde, en una casa sin agua corriente y con techo de metal. Tiene una enfermedad congénita que se llama drepanocitosis. Es un trastorno que afecta sobre todo a personas de raza negra, que produce anemia y que cursa en crisis; durante estas crisis los glóbulos rojos, que están deformados, se enganchan unos a otros formando trombos, que producen, entre otras cosas, mucho dolor. Hace algo más de un año, una malaria le desencadenó una de esas crisis, una terrible, la peor que ha tenido nunca. Estuvo varios días a punto de morir, y uno de los trombos se formó en su cerebro y tuvo un ictus. Daniel ha nacido para sobrevivir y, contra todo pronóstico, así lo hizo. Pero el daño cerebral le dejó una parálisis que afecta al lado izquierdo de su cara, y a su brazo y pierna izquierdos. Podéis imaginar lo complicado que ha sido para este niño y su familia salir adelante después de esto, en un país en que la sanidad pública no existe. Por mi parte y la de muchos amigos de aquí, han tenido todo el soporte que nos ha sido posible darles.
Estoy en contacto con él siempre que puedo. Antes, viajaba con frecuencia a allí, pero con la pandemia no es posible. Hablamos por teléfono algunas veces y, cuando alguien que tiene smartphone les visita, aprovechamos para hacernos videollamadas y además de escucharnos, vernos. Normalmente, Daniel me ve en este mismo salón desde el que ahora escribo. Y después de habernos saludado, de que me explique a qué está jugando hoy, o qué ha comido, o qué amiguito ha venido a verle, me pide, siempre, que le enseñe la calle desde la ventana. Se pone contentísimo. Quiere ver a la gente musungu (las personas blancas), las bicicletas, los coches, las motos… pero sobre todo, y esto es lo que despierta en él el mayor interés, quiere ver autobuses. En Uganda hay autobuses, sí, interurbanos, pero no es habitual verlos, y la casa de Daniel está apartada de cualquier carretera, así que ver un autobús es todo un acontecimiento para el pequeño. Aquí, sin embargo, basta con esperar un par de minutos para que aparezca el primero, y luego vienen otro y otro. Incluso hay autobuses articulados que son larguísimos, y que Daniel no había visto nunca antes.
Él abre sus enormes ojos negros a la pantalla y espera paciente a que pase el primero y, cuando llega, tarda en atravesar la pantalla uno o dos segundos, pero esto provoca en él una alegría y una risa tal, que es difícil describir aquí con palabras. Por eso, os muestro uno de esos momentos, en que ve pasar uno de los autobuses rojos y blancos característicos de la ciudad de Barcelona, y la felicidad es tan sincera e intensa, que la parálisis facial desaparece y apenas es perceptible. Viéndolo así, nadie diría que ese niño tiene una hemiplejia. En segundo plano, su amigo y vecino Ochaki, que tiene su misma edad y ha venido a jugar con él, observa también en la pantalla un mundo que ni imaginaba. Y yo, me quedo a este lado pensando que para ellos mi ventana en Barcelona (“Bolona”, como Daniel la llama) es también una ventana al mundo. E imagino a los pasajeros de ese autobús, que probablemente dan por sentada una red de transporte urbano accesible constantemente, y a ese conductor para el que el autobús es un modo de vida, ajenos a la alegría y admiración que su paso fugaz está generando en un niño a miles de kilómetros de distancia. Que están borrando de su cara la secuela del sufrimiento.
Tal vez este mensaje les llegue.
Gracias, Barcelona, te echaremos de menos. Y feliz Diada.
(foto publicada con consentimiento de las familias)
Querid@s Teamers,
Me gustaría compartir con vosotros una reflexión y un ligero cambio de rumbo de la recaudación.
Creé este grupo a principios de año para intentar conseguir algo de ayuda con la financiación del viaje de Daniel a España para hacer la rehabilitación que desde Aspanias le habían ofrecido gratuitamente. Daniel ha nacido en una familia muy pobre, para la que incluso los tratamientos más básicos son un gran reto económico, así que nunca hubieran imaginado tener esa posibilidad que los fisioterapeutas Laura e Iker, junto al resto de compañeros del centro en Barcelona le habían ofrecido. En Uganda no hay unidades de fisioterapia específicamente dirigidas a niños tal como las entendemos aquí, y el tratamiento que le estaban ofreciendo allí, aun con la mejor de las intenciones, le estaba produciendo más daño que beneficio.
Pero como sabéis el coronavirus se nos vino encima y nos ha truncado muchos planes. La pandemia ha azotado especialmente a la economía de los países más pobres. En Uganda, con uno de los confinamientos más estrictos y prolongados del mundo, la gente está sufriendo lo indecible. La abuela de Daniel todavía no ha podido abrir la pequeña tienda de ropa y agua que sustentaba a la familia. Cinco meses sin ingreso alguno. Están sobreviviendo con la ayuda externa, fundamentalmente los fondos que reciben desde España.
Traer a Daniel a España a corto-medio plazo, tal como tenemos aquí la situación epidemiológica, es impensable. Cualquier infección podría ser letal para él, así que no podemos arriesgarlo hasta que el viaje y la estancia en España cumpla unas mínimas condiciones de seguridad. Y me temo que va para largo.
Así que he pensado que, todo lo recaudado y lo que donéis a partir de ahora, irá destinado para financiar el tratamiento de Daniel en Uganda. Ha de tomar medicación (hidroxiurea, penicilina, vitaminas, antimaláricos...) a diario, necesita vacunas, férulas para el pie y la mano a medida que va creciendo... Todo esto, allí, se ha de pagar, y no es barato. Además, cada vez que hace una crisis drepanocítica tiene que ingresar y pagar medicaciones (antibióticos, mórficos...) que son muy caras. A esta familia, que a duras penas consigue comer, le vendrá muy bien nuestra ayuda, para al menos tener algo cubierta la asistencia básica del pequeño. Si, más adelante, el viaje fuera factible, también lo haremos.
Si alguien tiene una idea mejor o algún comentario, no dudéis en decirme.
Y si queréis seguir ayudando de otras maneras, aquí tenéis cómo: https://ayudaparadaniel.wordpress.com/emergencia-alimentaria/
Un abrazo y GRACIAS por seguir aquí.
Seguimos
La situación en Uganda sigue siendo compleja para las personas que viven en regiones como Hoima, donde todavía no se ha levantado el confinamiento. La abuela de Daniel, fuente principal de ingresos de la familia, sigue sin poder abrir su pequeña tienda de ropa y agua que ella misma hierve previamente. Esto supone que la familia se haya quedado prácticamente sin ingreso alguno a excepción de la ayuda que reciben desde España. Daniel ha tenido alguna pequeña crisis por su enfermedad y ha estado yendo al hospital, las visitas médicas también han de pagarse. Aun así, resisten y salen adelante, deseosos de que el confinamiento se levante de una vez por todas, y puedan volver a sus trabajos. Gracias por seguir acompañándoles y ayudando con vuestro esfuerzo mensual. "Webale", en nombre de Daniel y toda su familia.
Hola!
Tenemos nueva web: https://ayudaparadaniel.wordpress.com/
Os animamos a leer y compartir, para que la causa de Daniel alcance a más personas que puedan colaborar.
Un abrazo y gracias por seguir ahí
Un saludo cariñoso a todos los que seguís aquí acompañando a Daniel. En esta época tan complicada para todos la generosidad es más valiosa si cabe.
Daniel ha estado un par de veces en el hospital este mes, y ha tenido que ingresar dos días, pero ya se está recuperando.
Y en lugar de quejarse, me transmite alegría y ganas de seguir adelante con su sonrisa.
Espero que a vosotros también os contagie su energía.
Quiero agradecer a todos los que seguís aquí aportando vuestro granito de arena para Daniel.
Las cosas se han complicado y se han truncado nuestros planes de traer a Daniel a Barcelona este año para tratamiento. Pero la idea sigue en pie, sus terapeutas de Aspanias lo siguen esperando y, en cuanto la pandemia lo permita, lo conseguiremos.
La crisis está azotando a Uganda con especial dureza, debido a los efectos colaterales de la COVID19. La situación allí está médicamente bajo control por el momento, pero las estrictas medidas de confinamiento, de las más duras de África (y probablemente del mundo) están sumiendo a la población en una crisis alimentaria y de derechos humanos sin precedentes en las últimas décadas. Atraviesan su octava semana de confinamiento, con al menos tres semanas más por delante sin poder trabajar, según el anuncio reciente del presidente, sin ningún tipo de ingreso ni soporte gubernamental.
Pero Daniel vive ajeno a todo esto (su familia tiene alimento garantizado gracias a la ayuda que reciben desde aquí, y no sabe ni lo que es el coronavirus) y sigue jugando, creciendo y diciendo que tiene ganas de venir a "Balona".
Gracias a todos por seguir ahí aportando a su felicidad y colaborando en que lo que parece imposible se haga realidad.
Un abrazo
Duodécimo día de confinamiento en #Uganda, 54 casos de #COVID19 confirmados. Parece, y lo digo con mucha prudencia, que los casos están identificados y los contactos aislados y bajo control. Con las fronteras cerradas desde hace semanas, y las estrictas medidas impuestas por el gobierno, que restringen al máximo la movilidad, la crisis coronavírica no ha implosionado de momento en la #PerladeÁfrica.
Pero, a diferencia de otros países subsaharianos en los que sus gobiernos han establecido programas garantistas de servicios básicos, distribuyendo alimentos o realizando ingresos mínimos a cada ciudadano a través de transferencias directas a sus cuentas, en Uganda, el presidente Museveni, se dedica a amenazar a la población bajo pena de cárcel si salen de casa. Mientras, tiene la desfachatez de hacerse vídeos haciendo ejercicio desde su salón presidencial, para explicar a sus conciudadanos que no es necesario salir de casa para mantenerse sano. Un salón de tamaño tal que en él podrían vivir veinte familias ugandesas.
Se ha establecido un toque de queda a partir de las 19h, la policía propina palizas a palos a cualquier ser humano que deambule por las calles a partir de esa hora, aunque la causa sea justificada ya que en ocasiones primero pegan y luego preguntan. Comienzan a fallecer por el camino las primeras personas enfermas que, debido a la falta de transportes, han de acudir caminando a los hospitales. Los #bodaboda (moto-taxis), el único recurso de la mayoría de los ugandeses para transportar mercancías, solo pueden circular hasta las 14h, los precios de los alimentos más básicos se han multiplicado hasta x10 y los pequeños agricultores de las aldeas han dejado de poder distribuir a núcleos de población más grandes por falta de transporte. Los vendedores de mercados están obligados a quedarse a dormir en sus puestos, ya que no se les permite el desplazamiento diario a sus hogares, lo que ha obligado a muchos a echar el cierre.
Así, la mayor parte de la población que, como la familia de #Daniel, habitualmente viven del trabajo informal, alimentándose gracias al dinero que han conseguido de su trabajo el día anterior, llevan doce días en casa, sin ingreso alguno, con muchos de sus mercados locales cerrados y con los escasos alimentos que se encuentran a precios desorbitantes. Las patatas, la leche, el arroz son, al cambio, más caros allí que aquí ahora mismo. Se está pasando miedo y hambre.
Pero el pequeño #Daniel sigue lleno de vitalidad y energía, ajeno a todo esto. Como su primo #Aaron, al que él llama hermano, lleva casi un mes sin ir a la escuela, y se queda en casa para jugar con él todo el día para Daniel esto son unas vacaciones. Cada vez que lo llamo y le pregunto “okoraki?” (¿qué haces?) su respuesta es “zana” (jugar). Ha aprendido a decir “coronavirus” porque lo escucha a todas horas en la tele, y lo repite como un loro a pesar de las reprimendas cariñosas de su abuela, temerosa de que el mero hecho de mentarlo, lo pueda invocar a su humilde hogar.
A #Aaron y a #Daniel les encantan las manzanas, pero están tremendamente caras y son un artículo de lujo. Su abuela Amooti sabe que son saludables y le preocupa que Daniel tome las suficientes vitaminas y esté fuerte porque su enfermedad hace que cualquier infección para él pueda ser fatal, no digamos el COVID19... Así que las compran en cuentagotas sólo para los niños y las racionan, pero se acaban pronto. Cuando llega algo de dinero desde España y pueden ir al mercado, lo único que pide #Daniel son manzanas.
En las foto: #Daniel y #Aaron, agradeciendo por videollamada las manzanas que su abuela acaba de comprar.
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#AyudaParaDaniel #AyudarADaniel #ictusinfantil #ictuspediatrico #hemiparesia #hemiparesiaInfantil #hemiparesiaIzquierda #drepanocitosis #DanielNecesitaTratamiento #Solidaridad #HazteTeamer #CompartirEsVivir
#DCAI #DCA #DañoCerebral #DañoCerebralAdquirido #DañoCerebralAdquiridoInfantil #coronavirus #COVID19 #Ugandastayhome
Escribí este texto el 23 de marzo:
El Ministerio de Sanidad ugandés ya ha comunicado el primer caso de #COVID-19 confirmado en el país, y más de una treintena de personas esperan el resultado de su test a día de hoy.
Os voy a explicar cómo se está viviendo esto allí. #Uganda es uno de los países más pobres de #África, con una estructura económica y sanitaria muy deficiente. La saturación de los hospitales es el día a día para ellos. No es raro encontrarse, un día cualquiera, pacientes en literas improvisadas en los jardines de los hospitales comarcales. Están acostumbrados a lidiar con enfermedades tan letales, especialmente en su contexto, como la malaria, la tuberculosis y el sarampión. Que aquí casi ni sabemos los síntomas que dan. Seguramente nos suena más el #ébola. A ellos también. Lo han sufrido en varias ocasiones y les ronda frecuentemente; de hecho, se está terminando ahora el segundo mayor brote de ébola de la historia en la vecina República Democrática del Congo, en la frontera Oeste con Uganda, muy cerquita de donde vive Daniel.
Pues bien, el presidente ugandés, hace unos días, salió a decir que Uganda no tiene dinero para afrontar una epidemia como la del COVID-19 que está afectando a #Europa y casi todo el resto del mundo. Que más les valía ponerse las pilas, porque si ese bicho entraba allí, iba a haber muchas muertes. Así de claro.
Así que han tomado medidas desde hace varios días. Actualmente, está prohibido viajar fuera de Uganda y, desde ayer si no me equivoco, también entrar. Se han cerrado escuelas, universidades, templos de todos los credos, y cualquier otro local donde pueda haber aglomeraciones. Cualquiera que haya paseado por las calles de una ciudad subsahariana, como #Kampala, habrá experimentado lo que realmente es una aglomeración. Toda la ciudad lo es. Así que de repente, el país que era un ir y venir constante de viandantes, motos y taxis, está semidesértico. No hay transporte público. No se puede ir a trabajar.
La mayor parte de la población allí subsiste con trabajos informales. Son pocos los que tienen un contrato de trabajo, un salario, una prestación por desempleo, una pensión. Los ugandeses, se levantan, van a vender mangos (ocho mangos por menos de un euro) y lo que saquen de esas ventas es lo que les va a alimentar el día siguiente. Quien dice mangos, dice chicles, sandalias, guisantes o limpiaparabrisas. Generalmente, venden a los conductores de los coches en los semáforos, o en destartalados puestos en los bordes de las carreteras. Otros, son conductores de #bodaboda (moto-taxis) o #matatus (furgo-taxis), o venden bebidas en los bares o cortan el pelo en las barberías.
Ahora nada de eso funciona. Y la orden es permanecer así durante treinta días, como mínimo. También en casa de #Daniel. Sin ayudas a los autónomos, sin exenciones fiscales, sin recursos sociales públicos. Sin sanidad universal y gratuita. Nadie sabe cómo van a comer durante el próximo mes, pero mantienen la esperanza de que este “corona” no los golpee todavía más. Así que cada uno en su casa.
Imaginaos treinta días sin tablet, sin internet, sin libros, con cortes constantes de electricidad, sin agua corriente, sin agua potable. Sin papel higiénico! y sin nevera. Con la despensa vacía. Así se preparan a vivir. Pero no se desaniman.
Seguirán rezando por nosotros (sí, llevan más de un mes haciéndolo) y por ellos, para que este bicho no alcance a sus pocos y respetados ancianos, como Amooti, el bisabuelo de Daniel, o a niños enfermos como él. Daniel se juega la vida con esto. Así que si alguien quiere echarle una mano, seguiré enviándoles dinero para que este mes puedan comer y seguir pagando sus medicinas. El proyecto de traer a Daniel sigue en pie, pero tenemos que garantizar que llegue sano y salvo a nuestro verano.
Hace dos semanas que la recaudación está estancada y sólo una persona, especialmente sensible, ha clicado un “me gusta” en esta página. Entiendo que estamos viviendo una situación excepcional pero Daniel y su familia también.
En el vídeo: Daniel se despide de mí con un “bye!”, muy resuelto y masticando chicle con decisión, y entra en casa, que es el mejor refugio :-)
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Actualización a 25 de marzo: hay 9 casos de COVID19 confirmados en Uganda. Desde el gobierno se llama al confinamiento total. La cuenta de Daniel ha sumado 500 euros en las últimas 48 horas, dispone de: 3378 euros a día de hoy. GRACIAS.
Día 54
La cuenta de Daniel tiene 2751 euros en donativos y somos 61 Teamers. Estamos muy agradecidos con todas y cada una de las personas que han puesto su granito o su granote de arena y se han unido a nosotros en esta causa. También con los que no habéis podido aportar dinero pero sí ayuda logística y esfuerzo para que otros que pueden sí lo hagan.
Desde que inició este proyecto hace casi dos meses, me ha sorprendido la implicación y generosidad de muchas personas. Sé que me rodea muy buena gente y que la hay por el mundo aunque yo no la conozca, pero una no deja de sorprenderse a veces con el amor y buenas intenciones que circulan entre humanos.
También he oído comentarios como "es que no lo has montado bien", "es que lo has puesto muy difícil", "es que todos tenemos nuestros problemas", "es que ya colaboro con otra ONG", "es que un euro al mes es ridículo", "es que deberías organizar un proyecto más estructurado", etc.
Mirad, no necesito excusas ni me atrevo a pedirlas. Sé de sobra que todos tenemos nuestros problemas, nuestras familias y nuestras preocupaciones, yo también tengo de todo eso. Y que podría haber hecho una campaña de recaudación de otra manera, con la implicación de alguna empresa que haga negocio a costa de la enfermedad de Daniel. Seguramente habría conseguido dinero más fácil y rápido, pero mi conciencia no me lo permite. Nadie tiene la obligación moral de colaborar, sólo faltaría, así que nadie os pide excusas ni justificaciones, de verdad.
Ya sé que hay millones de personas que necesitan ayuda, y que las hay también aquí, y que más eficiente sería que se formase a los fisioterapeutas ugandeses y se les diera recursos allí. Ya sé que en este mundo rico ahora solo se habla de coronavirus.
Pero Daniel necesita ayuda YA, en su país no pueden ofrecérsela y su familia es desesperantemente pobre, me quieren y les quiero, y ayudar a este niño que ahora tiene tres años supone probablemente mejorar su vida entera. Es nada más y nada menos que eso.
Así que gracias de nuevo a los que habéis colaborado, y a quienes conociendo la historia de Daniel (la tenéis toda en esta página) se sienta motivado a ayudar, con lo que queráis o podáis. Un euro al mes no tiene nada de ridículo para esta familia que ha de ganarse cada céntimo con mucho esfuerzo.
Nuestro objetivo son 6000 euros y ya llevamos casi la mitad. Con esto ya hemos podido iniciar la burocracia en Uganda y ya se han tramitado pasaportes y otros documentos legales para el viaje. Hagámoslo posible.
Si quieres colaborar:
1. Únete al grupo de #Teaming (aportarás 1 euro al mes) https://www.teaming.net/danielnecesitatratamiento
2. Si lo prefieres, haz un donativo puntual. Para ello puedes enviarme un mensaje en Teaming o en esta página https://m.facebook.com/Ayuda-para-Daniel-104713991080820/?ref=bookmarks
o escribir a ayudaradaniel@yahoo.com
3. Comparte este grupo y su página de Facebook para que llegue a más personas
Gracias!
Seguimos ♥️
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