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Faustina llegó al Santuario al poco de nacer porque tenía un problema en sus extremidades que le impedía caminar bien y levantarse sola.

Los primeros meses la teníamos que ayudar a levantarse, pero ahora ya está recuperada totalmente y es una potra muy feliz.

Todos estamos enamorados de su carácter, es muy tierna y cariñosa, extremadamente cariñosa. Es muy confiada con nosotros, y es que ella sabe por experiencia propia que estamos aquí para cuidar y ayudar.

Las veces que tenemos que ayudar al abuelito Roque a levantarse, ella se pone al lado mirando sin molestarnos, porque es totalmente consciente que le estamos ayudando. Incluso cuando el abuelo se cae y no puede levantarse, se pone nerviosa y nos avisa.

Pensamos que por haberse criado con los abuelos tiene ese carácter tan bueno, porque es la mimada de ellos, aunque Roque la pone en su sitio, ya que es el abuelo cascarrabias y gruñón

Eso sí, cuando le da la juguera los revoluciona a todos