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Me gustaria contaros la historia de la protectora.
Nuestra historia, como todas, tiene su principio, y éste fue gracias a una maravillosa persona. Esa persona es Lali, la cual ha dado su vida por los animales.

Lali vivía con sus perros en su casa, hasta que en una feria que hubo en Malagón dejaron abandonados dos cachorros de mastín. No pudo mirar hacia otro lado y los recogió.

Y una idea se comenzó a gestar en su cabeza, había que dar solución al abandono de animales en Malagón. No se podían seguir dejando perros en la calle, no se debía seguir mirando hacia otro lado. Había que darles un techo, y a ello se puso.


Habló con otra persona del pueblo, también amante de los animales, que ya había recogido en otras ocasiones perros abandonados, y Lali llevó allí a los dos cachorros.
Pero aquello no era una solución, necesitaban algo más, un proyecto, un lugar donde hacer más digna la vida de aquellos que otros no quieren.


Pensaron en crear un refugio, así que entablaron conversaciones con el Ayuntamiento para que les dijesen qué subvenciones podían solicitar, y se pusieron manos a la obra.
Una de ellas tenía un terreno, así que decidieron construir ahí el refugio. Solicitaron una subvención para la construcción, pero este dinero no cubriría el 100% del proyecto, ellas pagaron el restante de sus propios bolsillos. Una vez que se hubo acabado la obra ya habían recogido 35 perros, que fueron los primeros anfitriones de lo que sería la actual protectora.


La protectora se inauguró en el año 2000 y se firmó un convenio con el Ayuntamiento. Ellas se encargarían de todo, desde recoger los animales abandonados, recoger a los que murieran y llevarlos a la zona que el Ayuntamiento tenía prevista, darles de comer, limpieza. Ellas tuvieron que tirar hacia delante, sin más ayuda, de semejante proyecto. En ese momento el Ayuntamiento aun no les había puesto un trabajador.
A partir del año 2005, por motivos personales de su compañera, Lali tuvo que seguir sola.


Como con la subvención del Ayuntamiento no había suficiente para darles de comer, Lali tuvo que buscar donde pudo para poder seguir alimentando a los perros que iban entrando, muchas veces, sacándolo de su propio bolsillo.
Por fortuna, y gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Malagón, la protectora comenzó a tener un trabajador para la limpieza hace 7 años. Esto descargó considerablemente de trabajo a Lali.
Hace unos seis años, la crisis pegó fuerte también en los más débiles. Los ayuntamientos se quedaban sin dinero, y comenzaron los recortes. El Ayuntamiento dejó de pagar la pequeña subvención que daba a la protectora y Lali, desesperada, pidió auxilio. La situación había llegado a un punto límite. Habló con María Luisa, nuestra infatigable e imprescindible veterinaria. Ella se hizo cargo de la protectora. María Luisa iba a ayudar a Lali en la protectora cuando pudiera, pero tuvo que marcharse a estudiar la carrera de veterinaria y Lali se quedó sola otra vez. Cuando María Luisa volvió la situación no podía ser peor.

Durante años continuamos en conversaciones con el Ayuntamiento para mejorar ese convenio.
Es este año, en el 2015, en el que conseguimos firmar y recibir una pequeña subvención (que a fecha de hoy no han pagado).

Actualmente los perros disponen de cuidados veterinarios, alimentación y un sitio donde resguardarse.
Gracias al esfuerzo de mucha gente, de muchas asociaciones y particulares, que se preocupan porque estos seres estupendos tengan un lugar digno donde vivir, el proyecto ha podido seguir hacia delante.
Hubo momentos muy muy duros ( llegando a tener 65 euros en la cuenta para alimentar a más de 100 perros), pero gracias a los desvelos de estas grandes mujeres, estos perros nunca han pasado hambre.
Aun queda mucho camino por andar, pero ya no estáis solas.
Queríamos hacer un reconocimiento a Lali, quien a pesar de sus problemas de salud, de los desvelos que le causan, de la falta de entendimiento de muchas personas, de sus lágrimas y su impotencia, nunca ha tirado la toalla. En su mente siempre han estado ellos, esos de los que muchos nunca se acuerdan, pero que siempre están ahí esperando una caricia, una mirada.
Gracias Lali por empezar este camino, por comenzar a quitar esas primeras piedras, las más duras y pesadas, para que nosotros ahora podamos seguir ese camino.


Este año también hemos renovado la junta directiva.
Mluisa, por motivos personales, ha dejado la presidencia, ahora es Nieves.
También ha bajado considerablemente el numero de voluntarios, podemos decir que contamos con 3 personas y el trabajador.
Pero no nos podemos quejar, nuestros perros están bien, aunque nosotras estemos cargadas de trabajo.