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Durante el mes de abril hemos tenido que dedicar recursos económicos a dos gatos que no son de nuestra colonia, pero que también nos necesitaban. Al lado del trabajo de María apareció de la nada una gata jovencita preñada y para evitar que tuviera que parir en la calle y criar a una camada a la que luego los vecinos pusieran en peligro, se procedió a su captura y esterilización. Pero no estaba sola, el padre de las criaturas también quiso entrar en la jaula y se llevó su correspondiente esterilización. Al macho no se le ha vuelto a ver, pero allá donde haya ido no volverá a ser víctima de sus hormonas. La hembra, por su parte, ahora es feliz, sólo preocupada de tomar el sol un día en cada banco de su jardín particular :))