Desde la Fundación queremos informaros (para aquellos que no lo sepan aún), que hace unas semanas, concretamente en semana santa, nos llegó el aviso de que había un caballo abandonado en mitad de la nada, concretamente en la vía verde entre alguazas y campos del río. Gracias a la ayuda de uno de nuestros voluntarios, Mariano, pudimos acudir al lugar de inmediato, cuando llegamos allí nos encontramos con un escenario dantesco, el caballo se encontraba atado a un palo, en mitad de la nada, bajo el sol, sin agua, sin comida, estaba desnutrido, se le notaban los huesos, sucio y también nos percatamos que tenía el pene demasiado inflamado. Le pasamos el lector de microchip sin éxito, acto seguido comprobamos que no tenia ninguna dolencia fisca que le impidiese andar, posteriormente nos fuimos a la Fundación, donde otras de nuestras voluntarias lo bañaron cepillaron, secaron, le dieron un lugar cómodo, comida y agua.
Tras algunas pruebas veterinarias, se ha encontrado que Ícaro (así lo hemos llamado) tiene varios melanomas (cosa que nos esperábamos por su estado), seguimos realizando pruebas veterinarias para descartar posibles problemas, enfermedades, patología o afecciones físicas, mientras, Ícaro se encuentra a salvo, con comida y bebida a su disposición siempre que quiera y en un hogar, su nuevo hogar, la Fundación.
Os dejamos una foto suya unas semanas después de su rescate.
Gracias a todas las personas que están aquí y que nos ayudáis día a día a seguir realizando esta gran labor, nos ayudáis a seguir ayudando.
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