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Y EN 2020...
Cuando faltan 7 días para el Nuevo Año yo ya empiezo a proyectar. Hace 365 días estaba convencido de que 2019 iba a ser EL AÑO. Y en muchos aspectos puedo decir que lo ha sido. Y lo ha sido principalmente porque el camino recorrido hacia la compresión de lo esencial me deja a las puertas de un salto cualitativo en mi vida inimaginable para la mayoría...
Todos tenemos objetivos diferentes, distintas motivaciones, maneras contradictorias de buscar, pero la felicidad es nuestro propósito común y último.
Si nos enfrentaran a la decisión de elegir entre ser feliz o ... Sólo un estúpido elegiría los puntos suspensivos (que cada cual le ponga aquello que más crea desear).
Y siendo la felicidad nuestro principal propósito hemos construido un sistema y nos hemos educado en unos valores que nos entretienen con la promesa de esa felicidad que está siempre a solo un paso. Y cuando lo das te preguntas: ¿y la felicidad? (¿Qué parte de "SIEMPRE" no entendiste?...) A un paso.
A este año 2019 tengo mucho que agradecerle, casi todo en forma de aprendizaje:
-Elegí la pastilla roja. Eso conlleva mucho dolor pero en el mundo real que se esconde bajo la apariencia ilusoria de Matrix está la salvación.
-Descubrí que nada tiene sentido más allá del instante actual. AHORA, AHORA, AHORA! Es lo único que existe, lo único real. Si estás sacrificando el ahora porque ayer... o porque no vaya a ser que mañana... ¡Eres un completo idiota!
-Comprendí que el placer y la diversión que proporcionan los juguetes reside en su uso y no en su propiedad. No me interesa poder decir: ese juguete es mío. Me interesa poder jugar siempre. JUGAR, JUGAR, JUGAR!
-Aprendí que no hay un salario lo suficientemente alto que me remunere por hacer algo que no amo hacer para encajar en un sistema diseñado para ser propietario de juguetes y tener la felicidad siempre a solo un paso.
-Entendí que no hay separación entre tú y yo, que formamos parte de un mismo campo de energía global, que no puedo herirte sin herirme, que no puedo amarte sin amarme y que el perdón es la venganza de la inteligencia.

Y tras un 2019 cargado de cosas interesantes y dolorosas (las que duelen a menudo son las más interesantes), estoy listo para en 2020 abandonar un poco más Matrix y regresar al Origen.

A todos los que habéis formado parte de mi Universo os llevo presentes, de igual modo a los que me trajisteis amor que a los que me proporcionasteis dolor. Yo he sido el responsable de ambos. Mi profunda gratitud por las aventuras y desventuras vividas.
Creando ya (aun sin ser consciente de ello) los nuevos personajes que poblarán el capítulo 2020.
¡FELIZ CAPÍTULO 2020!